¿QUÉ tendrían los chococrispis que desayunó ayer Albert Rivera, el político antes conocido como Adolfo Suárez? Por lo menos pimienta, porque llegó al Congreso y le arreó de lo lindo a Pedro “La sonrisa” Sánchez. Como si fuese un superhéroe naranja le sugirió al presidente del Gobierno que publicase su misteriosa tesis, pues su veto a la normativa sobre transparencia universitaria cheiraba demasiado a podre. Que mal le sentó al jefe del Ejecutivo. Se lo tomó como una ofensa personal y hasta acabó sacando el dedo acusador y apuntando a los escaños de Ciudadanos sentenció: “Os vais a enterar”. ¡Suspenso en formación parlamentaria! Por cierto, hablando de cuestiones académicas, el currículum de María Luisa Carcedo, la nueva ministra de Sanidad, no recoge que haya hecho ningún máster. Pues nada, a ver si dura más de cien días.