ALGo extraño le ocurre a los nacionalistas de la nazón de Breogán cuando les da por practicar la movilidad exterior, es decir, emigrar a Bruselas para ejercer como eurodiputados. Le sucedió a Lidia Senra, capitana durante muchos años de los labregos e gandeiros enxebres, que cuando se cansó de pisar la lama do país y la cambió por el adoquinado de la capital belga toleou y se convirtió en una furibunda activista antivacuna. Le ha sucedido también a Ana Miranda, parlamentaria del Beneguai en la emijrasión, que ha ciberarremetido contra Casado de una manera arrepiante. Le ha deseado que mallen en él, que lo violen, lo torturen y le quemen la piel. Bruselas es la ciudad más aburrida del mundo desde que se retiraron los Tercios, pero casi es mejor buscarse otros entretenimientos que dedicarse al cibermasoquismo.