Desorden público

legiste una ejecutiva... (...) de la que te abandonaron...”. Miente, Susana, como una bellaca; hace siglos que las ejecutivas son una componenda de distintas facciones enfrentadas a las que se les da cabida para dar apariencia de unidad. 
De aquella ejecutiva “de consenso” fueron los no sanchistas quienes le abandonaron al toque de corneta de sus respectivos ascendentes, entre ellos ella misma, instada por barones, antiguo aparato, ex cargos resentidos y toda la chusmi responsable de la pérdida de militantes, votos y simpatizantes con sus actos, maniobras, dobles discursos y puertas giratorias, que tanto tendrían que perder con un Pedro Sánchez del que no sabían por dónde saldría con su zigzagueante proceder y acercamiento al azote de la casta, a quién en ocasiones hasta le aplaudían también los viejos socialistas y sus hijos, más cercanos a Podemos, como advertía Borrell. Como para vivir de espaldas al fenómeno, tal como pretendían Susana y cía.
¿Qué vendieron durante la campaña los tres aspirantes a la secretaría general del PSOE? Mucho circo vacuo para TV´s y tertulianos sin fundamento pero nada relevante para militantes con criterio y menos aún para la ciudadanía. Tampoco un reconocimiento pacificador de que la sangría de abandonos no sería imputable a Sánchez ni a estos tiempos y sí a insistir en reinvindicar personajes que no gozan ya de respeto por lo que han acabado siendo. 
No es tampoco, mayormente, cuestión de ideología ni virajes a izquierda o derecha sino la simple decepción y desengaño por los otrora admirados líderes y verse abocados a un día a día adverso bajo su real indiferencia a pesar del chorreo de palabrería de quien aspira ahora a liderar y gobernar.
Ejemplo: con los estragos que provoca la factura de la luz (engordada con el déficit tarifario, lo que pagamos por el parón nuclear sin que Felipe consultase, las puertas giratorias y los sobres tuercevoluntades), veíamos en el último programa de TV emitido sobre el asunto que el españolísimo impuesto al sol (del que un entrevistado portugués confesaba, sonriente, que en el país vecino el tema provocaba reirse un poquito y entrañablemente de los españoles) impide con todas sus trabas administrativas y el correspondiente “carajal legal”-sic- que podamos liberarnos de esa losa e igualarnos a otros países avanzados del entorno, incluido el mismo Portugal que tan atrás nos está dejando, autoproveyéndonos de energía limpia.
Además de mostrarse faltona y maleducada, alardeó muchas veces de “proyecto de país”. Quién presume de ganar en la autonomía de más paro, analfabetos, PER y carromeros por m2, no tuvo (qué raro) periodista que le opusiera a la cara y en directo, que para “proyecto de país” el que ella misma y sus valedores representan; no hay más que mirar tanto para Andalucía como para el devenir con hechos propios, de los cargos públicos que la han avalado y alabado públicamente. 
Sólo con eso sería suficiente para responderle con las mismas celebérrimas palabras de su mentor y principal ventrílocuo: “Tu proyecto de España...de entrada, no, gracias”. Aunque realmente lo estamos padeciendo; con luces y sombras, es el resultado de la entente PP-PSOE gobernando, pretendiendo que para ellos siga la fiesta, pagando la cuenta nós. 
Otro ejemplo: disfrutan de protección personal, como Urdanga, costeada por quienes por el contrario, vivimos desamparados por un Código Penal  en su momento ovacionado como el más-muy de Europa pero que hoy permite situaciones kafkianas como la de los okupas vs. allanamiento de morada. No responden de los destrozos causados y mientras a cualquier ciudadano le cortan la luz por un mes debido, estos disfrutan de luz y agua a voluntad. De nota es el caso de la mujer que alquila su vivienda y ella vive de okupa en un chalet de lujo con todos los servicios, piscina privada incluída, sin pagar por ninguno. ¿Quién paga, también nós?
Si uno sólo es libre para escoger las verjas de las ventanas y la compañía a la que contratar la alarma pero ha de  continuar con el miedo a ser okupado, asaltado y con el cabreo ante la certeza de que los delincuentes nada temen, es como para morirse de risa que la persona promocionada por quienes han contribuido a este “proyecto de país”, donde campan inseguridad y delincuencia, se haya presentado como precursora de un modelo no de partido sino de Estado.
Ventanas sin rejas, calles sin delincuencia... Buenismo, falta de autoridad y desinterés total coadyuvaron al desorden público que a tantos españoles inquieta e interesa;  no la opinión de Felipe ni si el PSOE se descose con o sin la lideresa.
 

Desorden público

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