CUENTA la leyenda que Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, jugaba al voleibol de chaval, pero que lo dejó porque no reunía las condiciones para ser un crack. ¡Cuánto hubiese salido ganando A Coruña si anduviese aún por las canchas en vez de ir a diario a María Pita! Ahora su deporte favorito es el fútbol, que además de permitirle disfrutar con los goles –sí, de vez cuando él Deportivo mete alguno que vale la pena–, le sirve también para reunirse con los amigos en Riazor, beber unos refrescos y comer pipas. Y es que realmente el alcalde es más de grada que de terreno de juego y ya no digamos que de ring. A lo mejor en un peso bajito podría tener cabida, pero carece del aguante clásico de un boxeador; él mismo lo ha reconocido al hilo del polémico proyecto del centro de salud del mercado de Santa Lucía, respecto al que ya ha admitido que hay que flexibilizar las posturas. Vamos, que está preparando el terreno para dar un paso atrás y envainársela con su disparatada propuesta. Que piense que una retirada a tiempo es una victoria, a ver si así se consuela. FOTO: el alcalde, durante un partido en riazor | aec