SERGI Mayor, barcelonés recriado en Madrid, era portero de hockey, pero mancouse y decidió ser árbitro. ¡Qué mala suerte!, la suya por lesionarse y la de los aficionados por tener que sufrirlo en las pistas. El martes por la noche ofreció una lección magistral de su incapacidad en el Palacio de los Deportes, que culminó anulando un gol al Liceo en el último segundo. Su compañero lo había dado por válido y las imágenes demuestran que el tanto era legal. ¡Ay!, si se recuperase de su antigua lesión y volviese a calzarse los patines, cuánto bien le haría al hockey. Por cierto, tras el encuentro cenó unos percebitos. Al menos, buen diente tiene.