ERA VISTO

Que Jorge Suárez y Beatriz Sestayo ventilen sus diferencias de gobierno a través de las páginas de los diarios se ha convertido ya en algo habitual. Sin el mayor rubor, el alcalde ha pasado de negar la crisis de su gobierno, a reconocerla abiertamente. Quizás porque no se puede negar lo evidente. Porque, en 10 meses, los desencuentros han sido innumerables, y quizás también porque las desavenencias de este gobierno ya son indisimulables. 
Lo paradójico es que a nadie sorprenden ya. Que era algo previsible, porque a Ferrol en Común y al PSOE de Ferrol solo unían una cosa que es su rechazo al Partido Popular. Y por ello, era visto que, cumplido su objetivo político de desalojar de la plaza de Armas al gobierno municipal anterior, lo siguiente solo podrían ser desencuentros, discusiones y conflictos. Pues bien, se han cumplido los peores presagios, y cuando todavía faltan más de tres años para las próximas municipales, este pacto de gobierno ya puede darse por muerto. Y podrá darse por muerto y enterrado cuando el alcalde acumule el valor suficiente para romper oficialmente un acuerdo político  del que ya nadie espera nada, y que todo Ferrol da ya por finiquitado. Suárez y Sestayo, han fracasado, sin a penas haber empezado  a gobernar. Y de ahí que se empeñen todos los días en entretenimientos estériles como la retirada del busto del Rey, o la propuesta de plebiscito sobre la República. Fuegos de artificio. 
El tiempo es, efectivamente, ese juez implacable, que da y quita razones, y por eso, tan solo diez meses después de las municipales, cada vez son más los ferrolanos que  valoran de forma positiva el  gobierno municipal de José Manuel Rey. Ese que aprobaba los presupuestos en plazo, ese que reformó la calle del sol de arriba a abajo, el parque Reina Sofía, la cuesta de Mella, Sartaña, o la plaza del Río do Tronco. Ese que impulsó el saneamiento de la ría y que por fin finalizó la malparida plaza de España. Ese que duplicó el gasto social para atender a los más desfavorecidos, y que si por algo destacó fue por defender a Ferrol  por encima de  cuestiones partidistas. Dice el proverbio que detrás vendrá, quien bueno te hará. Y aquí en Ferrol, Sestayo y Suárez se empeñan en ratificarlo todos los días con sus frívolos desencuentros. Pero, que nadie se sorprenda ahora, porque  era visto.  
 

ERA VISTO

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