Hoy no parece un buen día para los vivos, al menos en Ferrol, y eso que creía que los “walkers” solo se paseaban por Georgia, pero al parecer, han llegado a nuestra menguante ciudad, donde da la impresión que han ocupado el Ayuntamiento. Los vivos se van, nada menos que tres mil quinientos en tres años, más de cuatro mil en el último mandato municipal y desde el gobierno local en funciones se anuncia la construcción de mil quinientos nichos en el cementerio de Catabois. Esto último está muy bien, y no sé por qué no han tenido tiempo de hacerlo en los cuatro últimos años, pero lo que me impresiona es que la ciudad de los muertos empiece a superar a la de los vivos, y que éstos, ante la amenaza, decidan marcharse con su talento y su actividad a otra parte. Ferrol necesita vida inteligente que haga prosperar a la ciudad, la dinamice, la haga más grande y dé prioridad a los vivos. El tiempo de los chupasangres ha terminado.