El cine se olvida del amarillo

PILAR Rahola, conocida en sus momentos de esplendor como Pilar Radiola, es ahora la musa del independentismo –¡nivelón! e idea clara de cómo está el independentismo– protagonizó el sábado por la noche un dramón tan lacrimógeno –las películas de la sobremesa del sábado en Antena 3 serían una comedia– que casi parecía una tragedia griega. Y lo peor es que se lo contó al mundo entero a través de Twiter: “Ni una sola mención a los presos políticos catalanes. La vergüenza de los Goya 2018 retrata la vergüenza de España”. Efectivamente, hubo mucho abanico rojo, pero ni un solo lazo amarillo. ¡Cómo no iba a estar rabiosa! Con lo bien que da el amarillo en la pantalla y nadie, nadie, se colgó un lacito en su indumentaria; es más, a nadie se le ocurrió dedicarles una palabra. La cantidad de peliculones que se han filmado sobre evasiones de la cárcel y nada de nada. Y aun encima premian a Isabel Coixet, ciudadana de Tabarnia. ¡Qué horror!

El cine se olvida del amarillo

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