LA KIRCHNER ES LA CULPABLE

Al final, si se busca bien, siempre se puede hallar el motivo último de todas las causas. Esa piedra filosofal de la existencia, en el caso de Galicia, habría que situarla en Argentina, ya que las locuras de la señora Kirchner llevan desde hace algún tiempo provocando todos los males que se padecen por estos pagos.
Así, su alargada sombra está detrás de la solución de los problemas que aquejan al naval patrio. Su bofetón a Repsol para quedarse con los apetecibles recursos existentes en Vaca Muerta provocó la salida de la petrolera española del país tras una expropiación rodeada de esas peculiaridades que solo una mujer como ella puede provocar.
Ahora, Argentina ha descubierto que no tiene dinero para pagar la expropiación y mucho menos para explotar los yacimientos y recurre a sus amigos de Pemex, con un importante paquete de acciones en la petrolera española para que las aguas vuelvan a reconducirse.
Como Brufau, mandamás de Repsol, parece que no se aviene a nuevas escenas del sillón, Pemex ha decidido que, a lo mejor, retrasando sine die la adjudicación de los floteles que tenía previsto construir en Galicia logra que el Gobierno de Rajoy ponga al catalán en su sitio y se solucione un conflicto que se mide en miles de millones de barriles de crudo.
Por si esto fuera poco, la propia Repsol ha decidido que Asia es un lugar excelente para construir sus barcos y que el reparto de dividendos no entiende de banderas, solo de beneficios, con lo cual, que hagan patria otros. Algo similar sucede con Gas Natural, también embarcada en la construcción de otros dos gaseros.
Este caso, casi es más grave, ya que Gas Natural sí se embutió la bandera galaica cuando compró Fenosa y, ahora, Japón o Corea les parece mucho más interesante que Os Peares, a pesar de que somos los gallegos los que nos quedamos con la peor parte que ofrece la producción eléctrica. Y si Aznar hablaba texano después de su visita al hermano de George Bush, a la sazón gobernador del estado de la estrella solitaria, Soria cantó ayer mariachi al asegurar que Galicia constuiría parte de uno de los floteles. Es decir, que unas horas de vuelo y una reunión fueron suficientes para reducir los barcos a menos de la mitad.
El ministro culpa al jet lag de su lapsus linguae, aunque, a estas alturas, ya nadie sabe a quién creer. Y, mientras tanto, en Montepío, Alberto Núñez Feijóo tendrá pesadillas imaginando el siguiente lío en el que se verá envuelto por culpa de algún miembro de ese gobierno amigo que se la juega un día sí y otro también y culpa a la Kirchner de todos sus males.

LA KIRCHNER ES LA CULPABLE

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