No pude asistir –como me hubiera gustado– a ninguna de las dos representaciones que tuvieron lugar en A Coruña de La Flauta Mágica, la última ópera del compositor de Salzburgo, con libreto de su hermano masón Schikaneder, estrenada en Viena dos meses antes de que Mozart, “el divino” (para muchos de nosotros) falleciera dejándonos una obra incomparable. Una ópera que 224 años después sigue su exitoso destino expresando en lo que parece un cuento de hadas, toda una filosofía del amor e ideales y motivos que preludian las luces de la razón, disipando las tinieblas de la humanidad.
Estas dos representaciones que mencionaba, constituyeron el último título de la Temporada Lírica de A Coruña, de mano de Amigos de la Ópera y estuvieron dedicadas a Antonio Campó, tras cumplirse sesenta años de su debut en el Festival de la Ópera de la ciudad herculina. Pero además presentaron la particularidad de que entre el elenco de las dieciséis voces, entre protagonistas y secundarios, nueve fueron de gallegos.
El tenor Pablo Carballido, de fina y aterciopelada voz, el barítono Pedro Martínez Tapia, Borja Quiza, debutando en el rol de Papageno, el personaje que más se acerca al gran público, generando una gran empatía, la soprano ferrolana Patricia Rodríguez, que obtiene cada vez un mayor reconocimiento y Nuria Lorenzo, Carmen Subrido, María Lueiro y Nuria Lemos.
Apuntaba el director de escena, Joan Font, en una entrevista reciente y con motivo de las  representaciones, que en La Flauta Mágica hay “personajes asequibles, que permiten pisar las tablas” , unidos claro está a arias magníficas, como la de La Reina de la Noche o la de Sarastro, que requieren un gran virtuosismo. Y lo cierto es que así es, lo que permite que nuestra cantera de jóvenes talentos –que los hay y obtienen cada vez mayor reconocimiento en los teatros internacionales– adquieran oficio y puedan compartir escena rodeados de los mejores cantantes del mundo, aportándoles éstos su experiencia. Una oportunidad única que refleja, cada vez con mayor nitidez, sus resultados.