EL jurado que decidirá sobre el proyecto que se encargue de reformar la plaza de Armas no las tiene todas consigo para que no sea anulado el resultado final. Por ello no hace nada más que pedir informes jurídicos sobre sus actos. Según cuentan, las reuniones no son del todo formales, es decir, no hay un orden del día para su trabajo y, además, se convocan un poco de aquella manera. Algunos integrantes dudan de que las xuntanzas sean todo lo correcto que debiesen para que no haya problemas de fondo que den al traste con la remodelación del ágora. La expareja de gobierno va a tener razón con aquello de que el Ayuntamiento se parece más a un bar que a lo que tendría que ser y al final la decisión se tomará por Facebook.