Preocupante inacción

Hace unos días regresé de la capital del reino y en mi cuaderno de notas traje dos sucesos madrileños que llamaron poderosamente mi atención. Ambos están relacionados con los brotes, cada vez mas frecuentes, de acciones de grupos de extrema derecha, neo-nazis o neo-fascistas. 
Me refiero, en primer lugar, a la brutal agresión sufrida por una anciana “sin techo”, de 84 años de edad, propinada por un grupo de cuatro jóvenes extremistas, al parecer neo-nazis. Es preocupante el grado de deshumanización al que hemos llegado ante estas noticias y la escasa reacción que tenemos ante este problema social y político.
Algunos medios de comunicación próximos a la derecha extrema o, incluso, al partido del gobierno, pretenden desvirtuar los hechos, atribuyéndolos a presuntas “mafias”, y negando la autoría de grupúsculos fascistas. Resulta sorprendente que estos mismos medios se atreven a hablar del desamparo de los “sin techo” y la existencia de “mafias” surgidas al amparo del “control” de estas personas desarraigadas y en precaria situación. Es necesario incidir en que la exclusión social de estas gentes, tanto por falta de recursos pecuniarios o por la inadaptación a ciertas realidades sociales de nuestra época, debe ser atendida por los poderes públicos y la asistencia social debe alcanzar a todas estas personas desvalidas. En muchísimas ocasiones esta ilógica y aberrante situación tiene que ser resuelta por los “buenos samaritanos” y por la solidaridad ciudadana. Tal es así que la anciana agredida, de nombre Flor, y su pareja, al fin podrán dormir tranquilos en una confortable cama, en donde reposar sus magullados y dolidos cuerpos. Una vez mas, lo que debiera resolver el Estado, tiene que ser solucionado por las buenas personas y la caridad, lo que debiera de avergonzar a un gobierno decente.
Son también muy preocupantes los desagradables y peligrosos mensajes recogidos en un grupo de de “WatsApp” de integrantes de la Policía Municipal madrileña, en el cual se vertían graves amenazas a políticos y periodistas, y a medios de comunicación, mezcladas con llamadas al odio racista y excluyente, amén de alabanzas a dictadores como Hitler o Franco. Es mas que sorprendente que, excepto uno de los Sindicatos que defiende los intereses laborales de los agentes municipales, los demás, de modo absolutamente vergonzoso y repugnante, defienden a los perpetradores de tamañas tropelías. La ideología si que es importante en un corporación como es la Policía Municipal, uniformada, que usa armas, y cuya misión principal es proteger a todos los ciudadanos, piensen como piensen, militen en los partidos políticos que sean, y sin importar la raza, la religión o la condición social o sexual. Se suponen que los policías han jurado defender la Constitución española y estos valores están contenidos en ella y son protegidos por la Ley. La aparentemente escasa acción punitiva del gobierno municipal o de la Justicia para cortar de raíz esta especie de brote de extrema derecha policial y su defensa a ultranza por parte de los representantes sindicales, a mi juicio, es aterradora. Semeja que la parte ha fagocitado al todo. No lo quiera la divina providencia
 

Preocupante inacción

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