Elecciones 20D: El gran lío

Después de haberse celebrado esta consulta electoral el monumental lío está servido, la opción de su composición se ha dado y si no existe posibilidad de llevar a cabo la investidura del presidente en funciones Mariano Rajoy ó en su caso la elección de un candidato de consenso entre las fuerzas más votadas, habrá que ir a unas nuevas elecciones generales en el espacio de tres meses como mal menor. 
En otro supuesto de que se abstenga el PSOE y Ciudadanos en la segunda vuelta, –dudo que se haga en la primera– y se facilite la investidura de un presidente consensuado o del propio Rajoy. La legislatura quedará condicionada a la benevolencia de los partidos que han propiciado la investidura del candidato popular ó de consenso, con lo que pasado un tiempo sino hubiese entendimiento se iría a unas elecciones anticipadas en el periodo de dos o tres años. En este supuesto se ganaría de momento una estabilidad política y económica de la cual necesita España.
El bipartidismo como algunos quieren hacer creer no está. Ni enfermo ni muerto, este se adaptará a las circunstancias del país y sobrevivirá a todos los avatares habidos y por haber, son dos formaciones muy arraigadas en la sociedad española. 
De todos modos en enero se constituirá la cámara y en ella se verán las posiciones de sus representantes, Ciudadanos estaría en la tesitura de votar a favor o abstenerse, es de esperar por el bien del PSOE, que este siga el mismo camino, aunque para ello tenga que cambiar a su secretario general, esta decisión se tomaría en la segunda o quizás en la tercera vuelta, antes de convocar nuevas elecciones.
El peor de los augurios se ha cumplido, lo que propicia inestabilidad a España en lo político y económico, lo que provocará la huída de los inversores extranjeros, mientras que Bruselas nos mirará con lupa y no habrá forma de colocar deuda pública que en el mejor de los casos se haría con mucho problema, a la vez que la prima de riesgo subiría en el corto plazo hasta llegar a los 200 puntos básicos si no hay acuerdo alguno de formar gobierno. Los inversores necesitan estabilidad y continuidad en las decisiones de Estado sin causar cambios traumáticos que se mal interpreten fuera de nuestras fronteras, por tanto las fuerzas políticas deben templar sus ansias, para no hacer descarrilar la locomotora española.
España ha quedado inmersa en una situación electoral complicada y el parlamento que se constituya en enero será testigo debido a su atomización de una variopinta ideología en que sus líderes barajan unas propuestas que no encajan en la complicada situación de España dentro de la Unión Europea. 
Nuestros líderes están condenados a entenderse y a realizar un ejercicio de madurez propia de un pueblo como el español, no es posible que la anarquía se instale en el ejercicio político. El populismo es como la gripe, lo mismo que viene se va.

Elecciones 20D: El gran lío

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