Ayer finalizó la reunión de 2019 del Club Bilderberger en Suiza reunida desde el sábado en Suiza entre grandes medidas de seguridad y secretismo. Se trata de la cita anual, iniciada en 1954 para fomentar el diálogo EEUU y Europa, ante “el antiamericanismo que por entonces recorría buena parte del mundo y como respuesta a la URSS, en plena guerra fría.
Forman parte de este selecto club ciento treinta líderes políticos y económicos que, se dice, mueven las finanzas de todo el mundo apoyados por veintitrés de los grandes medios de comunicación de masas. Política, dinero, opinión. Efectivamente, el lado oscuro del poder. Se presentan como “un foro de discusiones sobre los poderes del mundo” que se debaten en sesiones secretas pues no se firman documentos.
No se hacen públicas sus conclusiones y está prohibido a sus miembros revelar la identidad de los expertos que tratan los temas previstos según una agenda de la que no se emiten datos ni conclusiones de asuntos como el capitalismo en el mundo, las redes sociales, el control de los flujos de la población, los transgénicos y el intercambio de información entre servicios secretos. Según algunas filtraciones sobre la mesa la política China, la situación en Ucrania y los avances de la industria farmacéutica.
Es habitual la presencia de políticos, este año las incorporaciones más sonadas han sido los políticos españoles Casado y Arrimadas –dos de las tres derechas, tomen nota– y en el 89 aquí, en A Toxa, la estrella emergente fue el presidente González que, según crónicas de aquella época, inició un lento giro a la derecha en su política económica. Ya saben maldades de los sufridores. Esperen unos meses para conocer el “impacto” en los nuevos invitados de tal grupo de poder. Cristina Martín Jimenez, doctora en Comunicación, revela que en 2018, a la reunión de Bilderberger en Austria, los invitados fueron Sánchez y Rivera, a quienes apoyaban diarios tan “prestigiados” e influeyntes como “The Economist”. Recordemos que la “jefa” del Banco de Santander –Ana Botín – es otra de las incondicionales en ese lado oscuro del poder.
Y es que no se trata de unos acuerdos tomados por los simpatizantes de un club de golf sino de un poder económico, mercantil, –oculto tras el oscurantismo de sus acciones– que puede engolfar la vida política. Un poder que puede influir en la vida cotidiana con decisiones políticas. Atentos, pues, camaradas.