MENTIREIROS Y TRILEROS

En un país de cuyo nombre no quiero acordarme, el mandamás de los números escondía bajo el eufemismo de “incrementar la imposición sobre el consumo” el anuncio de la subida del IVA… Es el mismo que, cuando trabajaba en un banco o algo así, arruinó miles de personas y ahora aparece bien comido, bien vestido, con un hermoso “peluco” y más de seis mil euros al mes de soldada, hablándole a ciudadanos que tienen que llegar a final de mes con cuatrocientos euros.

En ese país, al presidente no lo quieren siete de cada diez conciudadanos que, además, suspende a todos los ministros. ¿Hasta cuando  hay que aguantarlos?

 

Otro, de la misma troupe, que engordó su patrimonio enseñando a los ricos a evadir impuestos nos la quiere meter doblada llamándole al aumento del IRPF “cambio de ponderación”.

En ese país imaginario, pues si fuera real estaría ardiendo de indignación del norte a sur, seis mil personas ( cincuenta por cada provincia, redondeando) encontraron trabajo, el trabajo que ahora permiten las leyes aprobadas por los señores antes citados, cuando tradicionalmente abril –el del año anterior, por ejemplo– multiplica por diez (65.000) esa cifra al coincidir con el principio del tirón turístico.

En una parte, situada en el fin del mundo, es al revés: sube el paro a pesar del jinete del caballo blanco y los burros de a pie; uno de sus regidores “vende” la construcción de un hospital (se vende barato a la iniciativa privada) sin aclarar –como es marca de la casa– que esas infraestructuras sanitarias se pagarán con cargo a las deudas futuras que tendrán que asumir los que le releven durante cuatro o cinco legislaturas.

En ese país los ciudadanos abarrotan los centros sociales en busca de un plato, llenan las aceras donde se ubican las oficinas de empleo y –excepto en una Diputación donde sigue gobernando la misma monarquía– se suprimen sanitarios y maestros.

Ellos siguen con sus juegos de manos mientras el personal –Paco Hernández– escribe que en su pueblo 185 niños se quedan sin plaza en la guardería municipal.

¿A quién acudir?

Al Guerrero del Antifaz de los Ciudadanos? ¡Pero si aplaude con entusiasmo los recortes de los mandamases y recomienda soportar y sufrir!

Naturalmente los de siempre. Los de por aquí abajo que tienen que ponderar sus exiguos ingresos e injustos impuestos.

En ese país, al presidente no lo quieren siete de cada diez conciudadanos que, además, suspende a todos los ministros. ¿Hasta cuando hay que aguantarlos?

MENTIREIROS Y TRILEROS

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