Si todo sigue su curso, el castellano dejará de ser lengua vehicular en la enseñanza en Cataluña. Eso es lo que están negociando el PSOE y Podemos con ERC, que pretenden, de un plumazo, borrar el español de las aulas. En teoría se trata de proteger al catalán, pero, en realidad, todos sabemos lo que es: una cesión más, e injustificable, a las ansias de los nacionalistas de controlar hasta el idioma en el que tienen que educarse los catalanes. Resulta increíble que la lengua de un país no tenga hueco en las aulas de una de sus regiones, pero esta sinrazón ya lleva demasiado tiempo funcionando en España. Es de suponer que ERC habrá impuesto esa condición para apoyar los Presupuestos y, por supuesto, eso es lo único que le importa a nuestro Gobierno.