El polvorín racial de EEUU

Por mucho que pase el tiempo, Estados Unidos sigue siendo un polvorín racial. Parece evidente que sus ciudadanos, o al menos una parte sustancial de ellos, no han sido capaces de superar esa oscura etapa de su historia y cualquier chispa es suficiente para hacer estallar a todo el país. Tanto es así, que varios gobernadores se han visto obligados a decretar el toque de queda en sus ciudades después de que se produjeran violentas manifestaciones que ya se han cobrado varias vidas. Y, por si esto no fuera suficiente, la actitud de su presidente, Donald Trump, tampoco ayuda en nada a solucionar este conflicto que amenaza con desbordarse todavía más. Ni tan siquiera el acusar de homicidio al agente de policía que acabó con la vida de George Floyd ha servido para recuperar la normalidad y, según las crónicas que de allí llegan, esto no sucederá de un modo más o menos inmediato.

El polvorín racial de EEUU

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