UN ÁNIMA ESTRESADA

En el Fórum, buena entrada, ciclo sin numerar, Vilano Produccions ofreció la puntiaguda y analítica obra de Fusa Guillén “Chamada desde o máis alá”. Con parquedad de medios (paraguas cuadrados, vestuario, música, luz y efectos especiales) Lúa Testa logra una ajustadísima dirección e impecable escenografía a base de tres paneles: calle, oficinas y cementerio.

Otra vez el recurrente tema gallego donde individuos muertos deambulan entre los vivos. Andanzas llenas de humor, poseía y ácida emoción. Como la inquieta viuda –exquisita actriz Fusa Guillén– que entierra a su marido con el móvil en el bolsillo para establecer comunicación con él. Lo llama y aunque escucha descolgar no oye nada. Entonces habla con su amiga Carolina –impactante y simpática Maite da Costa– y van a la tienda de telefonía donde comprueban que el aparato está operativo y a nombre del mismo titular. Por eso dudan si el “difunto” estará vivo y ha aprovechado la ocasión para huir con su amante, pues recuerdan que el féretro apenas pesaba.

Acuden a las funcionarias pertinentes –deliciosa Helga Méndez asumiendo varios personajes–para que autoricen la exhumación. Ante el fracaso, contratan a “Jalán do Peirao”, ligón de “gheadas” interpretado por Carlos Basca, que discute sus honorarios según encuentre al “interfecto” vivo o muerto. Al final la viuda ante las reiteradas palabras de su amiga, “no sigas adelante con esto”, le pregunta si ha sido ella la amante misteriosa… Y Carolina contesta: “Me hizo proposiciones que nunca acepté; pero, ahora, aprovecho para decirte que contigo fue desgraciado”. Hasta que desde lo alto rueda una voz de ultratumba: “¡Me cago en los móviles! ¡Ni morir en paz dejan!”.

UN ÁNIMA ESTRESADA

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