El cambio climático que viene

NI ver las calles de Houston convertidas en una especie de océano ha servido para que el anaranjado presidente de los EEUU se haya bajado de la burra. Trump, más preocupado en demostrar que su país tiene unos misiles muy gordos (sobre todo a los dirigentes norcoreanos) es de esos que todavía creen que lo del calentamiento global no es más que un bulo montado por unos rojos radicales que, en el fondo, lo que pretenden, es que el hombre vuelva poco menos que a la edad de las cavernas. Comete un craso error, él y todos aquellos que no están dispuestos a frenar la carrera contaminante en la que estamos inmersos. Incluso ya hay quien asegura que es demasiado tarde para conseguir revertir el proceso. De ser así, los gallegos tendremos que irnos acostumbrando a que nuestra tierra sea un poco menos verde y que de los mil ríos de los que presumíamos, se nos queden muchos en simple regatos.

El cambio climático que viene

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