MORATA no es Santillana, pero aun así remeta de cabeza con frecuencia y ya se sabe que esos balonazos acaban causando lesiones cerebrales. El delantero del Chelsea pueda que sufra ya algún ligero daño, pues no razona con mucho acierto o, al menos, le cuesta expresar lo que piensa. Reconoce que su última temporada fue muy mala –“salía al campo y no sabía ni dónde estaba”, confiesa–, pero incluso así pensó que iría al Mundial y se deprimió mucho al quedarse fuera de la lista de Lopetegui. Eso se llama razonamiento lógico. O los balones de Inglaterra son más duros de lo normal o Morata tiene la tapa de los sesos muy blanda.