EL alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, es de esas personas que cuando habla hace que suba el pan. Se lució cuando cargó a los gastos municipales la compra de su gomina. Luego reclamó que la academia militar de su ciudad dejara de ser militarista y ahora pide que se deje a los jóvenes en paz, sobre todo si a lo que se dedican es a fumar porros. Es decir, que Santisteve quiere que el porro sea el opio de los zaragozanos, al menos de los jóvenes. Falta por saber el motivo por el que desea tenerlos anestesiados por los efectos del hachís.