En inglés y en botella

Podría empezar este artículo, mientras escucho a Clarence Carter, diciendo que estoy horrorizado por la puesta en escena que nuestros “dirigentes” han hecho en Argentina y el derroche de millones que nos hemos dejado en esas minivacaciones de una semana en grandes hoteles; creo que han sido trescientas personas en nuestra representación. Lo del inglés embotellado vamos a dejarlo aparte incluida su sordera y el ridículo pero también la sospecha de que el día anterior ya sabíamos que no íbamos a salir; y que además todavía íbamos a gastarnos 1.500 millones de euros y que ya éramos un país rico, sin parados, sin recortes, sin corrupción y que las Olimpiadas nos iban a sacar de la crisis. Pero lo que más me preocupo es el entusiasmo por sacar adelante el 2020 nunca visto con otras medidas que beneficiasen a la población. Si todo el proyecto de futuro de nuestro país son las Olimpiadas, el maná, la salida de la crisis, entonces ya podemos irnos todos antes de sentir vergüenza; el inglés es lo de menos.

En inglés y en botella

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