MARTIÑO “2.0” Noriega está empeñado en hacer felices a los santiagueses y ahora ha decidido que el aeropuerto de Lavacolla pase a llamarse Rosalía de Castro. Nada hay que oponer a la decisión, aunque no parece fácil que vaya a provocar un orgasmo colectivo entre los compostelanos. El caso es que el rebautismo –rebautismo civil, por supuesto, no vaya ser que aparezca el arzobispo– le costará al Concello unos 50.000 euros. Anda que no se pueden tapar fochancas ni nada con esa cantidad de dinero.