La bipolaridad de Torra y de todos los secesionistas catalanes

Tiene Quim Torra descolocado a todo el mundo. Por un lado está su apuesta por la rebeldía, al anunciar que se negará a suspender a los parlamentarios catalanes detenidos o fugados. Un gesto que es posible que le granjee un buen número de apoyos entre los secesionistas pero que puede provocar que, a no mucho tardar, él mismo sea inhabilitado por delinquir. Y, del otro, están los analistas que, tras leer con detenimiento y fruición la letra pequeña del encuentro del President con el Presidente, han llegado a la conclusión de que, en estos momentos, lo que le costaría al Estado conseguir que los secesionistas aparquen el referéndum serían unas seis mil millones, que es lo que cuesta la transferencia de los servicios que Cataluña quiere para sí y las inversiones que reclaman. En fin, un galimatías.

La bipolaridad de Torra y de todos los secesionistas catalanes

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