Villalobos se va a la leira de cebollinos

SI a Esperanza “Metomentodo” Aguirre le costó retirarse más que a un torero, a su coetánea Celia “La cotorra” Villalobos le ocurre lo mismo. Famosa desde que allá por 2001, cuando era ministra de Sanidad, desaconsejó hacer caldo con huesos de vaca, reforzó su popularidad en 2015 al conseguir el récord del Congreso en el Candy Crush –Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, intentó arrebatárselo, pero no lo logró–, vivió hasta hace nada una prejubilación dorada como vicepresidenta de la Cámara, pero ni aun así se contiene. Durante las primarias del PP confirmó que es una bocazas, se alistó en la tropa de la niña Soraya y se ensañó con Casado. Lo situó en la extrema derecha, afirmó que era un clon de Albert Rivera, el político antes conocido como Adolfo Suárez, y hasta amenazó con que se iría a su casa a escardar –ella dijo cargar– cebollinos si él llegaba a la presidencia del partido. A escardar cebollinos no se irá, pero por de pronto ya ha perdido su puesto en la Diputación Permanente del Congreso, de la que era miembro desde 1989. Vamos que ha empezado la purga; lo de Casado iba de renovación, pero recuerda a las represalias tan habituales en la izquierda, sobre todo en Podemos. 

Villalobos se va a la leira de cebollinos

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