A Moa

El opaco mundo de las piedras; su laberinto formado por continuos caminos, escarpados, difíciles como la mente del gallego, arde. Arde O Pindo para evitar nuestro extravío. La cadena de montañas o picos que forman estos montes nos inquietan y quizás por eso arden. Todo lo que nos inquieta se quema o arde en forma de venganza. Lo que es peor no es que haya locos o pirómanos, es que haya un gobierno o gobiernos que no prevean esa desvinculación con la naturaleza que tiene el gallego desde hace años. Que no tenga en sus proyectos que la naturaleza es la primera industria nacional.
Quien haya subido a A Moa, ruina de piedras, efigies, figuras, caminos estrechos, siempre con la amenaza de la niebla puede intuir que es un emblema de lo que somos y otra forma de mirar el mar y de escuchar. El incansable zig-zag termina en la contemplación del océano y una puesta de sol sobre Finisterre y la isla Lobeira, a la vez que escuchas el Xallas, la cascada de Ézaro. Todo eso arde como ardió en el 2006.
¿Qué nos queda si quemamos todo y nuestro mundo es de polígonos industriales y ciudades? Arde A Moa, el punto más alto de O Pindo, O Chan de Lourenzo, Outeiro da Narís, O Coloso do Pindo, Chan das Lamas etc. El fuego desafía esa mentalidad de que la riqueza de Galicia es eterna, inacabable. En estos montes está escondido el demonio, así como en cualquier bosque, sonidos que nos inquietan, soledad que nos enfrenta a nosotros mismos, un espejo hacia nuestro interior. Sitio de brujas, todo el imaginario gallego arde por segunda vez, arde para que no quede ni rastro de nosotros.
Nosotros, los locos y los gobiernos que no sabemos que hacer con la naturaleza y por lo tanto no sabemos quiénes somos. Solo contamos parados. Rego dos Muíños, Fonte Paxariña, allí “onde se adora”. La vista y la mirada van haciendo figuras que te acompañan durante toda la subida, logrando personajes que quedarán en la memoria, si la niebla os los permite distinguir. Formas graníticas. Por las piedras olemos el tiempo, el viento que las ha esculpido. Piedra bruta. Arde la gran arquitectura de O Pindo, arde por segunda vez como símbolo de todos los fuegos de Galicia.

 

A Moa

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