Una larga lista de estadísticas publicadas en los últimos días avalan que la economía española sigue tirando. El cumplimiento del déficit, el consumo de carburantes, la venta de coches o el precio de la vivienda son algunos de ellos.
Ya hace unos días el Banco de España y el presidente del gobierno adelantaron que el Producto Interior Bruto de 2017 acabaría con un aumento del 3,1 por ciento, muy por encima de las estimaciones primeras de algunos analistas y expertos.
A lo largo del año, y a pesar de que en los últimos meses la crisis catalana había puesto las cosas patas arriba, finalmente la economía da un año más una alegría.
Lo más destacado es que prácticamente todo el crecimiento se ha ido a la generación de empleo, que acabará en el año por encima de los 600.000 nuevos puestos de trabajo creados.
Cierto que hay algo más de pesimismo sobre lo que pueda ocurrir este nuevo año. De hecho, las previsiones apuntan a un aumento del PIB del 2,5 por ciento y una creación de empleo de alrededor de 500.000 nuevos puestos.
Sin embargo, todo o casi todo va a depender de lo que ocurra en la comunidad autónoma de Cataluña, ya que tanto si se consigue formar un gobierno de independentistas como si hubiera que repetir las elecciones, la economía catalana sufrirá un daño claro y muy probablemente acabará afectando a la economía española, como es lógico.
Vamos a ver qué ocurre en los próximos días y cómo evolucionan los acontecimientos políticos, si hay o no gobierno y si lo hay qué se propone hacer con relación a la independencia.
En todo caso, el daño está hecho y puede ser aún mayor, si algunas empresas grandes y medianas siguen yéndose de Cataluña y ya no sólo cambiando su sede social o fiscal sino la producción. Esto último será muy importante a la hora de valorar las consecuencias.