¿Cómo salimos de esta?

La batalla contra el maldito virus y  la alarma social por las noticias económicas, se unen a las escaramuzas políticas donde  expertos de todos los colores, columnistas con una sola intención y   políticos de escasa condición se han convertido, como escribe Jordi Gracia, en los quintacolumnistas de esta guerra feroz. 

Y al virus se une una pandemia peor: la llamada  pos-verdad. Esa carrera a toda milk para ganar la opinión pública, cueste lo que cueste, distorsionando la verdad. Se hace usando la terrible lista de muertos, como ejemplo más repetido .Sobre el COVID-19 se registraron cuatrocientas treinta y dos mentiras. 

Nadie recuerda que la sanidad está trasferida a las autonomías, desde hace ya los años suficientes para pedirles su cuota-parte de responsabilidad en defectos y carencias. ¿Un ejemplo? En Galicia casi el noventa por ciento de las residencias geriátricas las gestionan empresas privadas a través de conciertos y concesiones. Una de las beneficiadas y denunciadas, DomusVi, fue premiada en 2016 con la medalla de oro del Círculo de Empresarios con Feijóo haciendo entrega del galardón. Hoy está denunciada por imprudencia grave con resultado de muerte.

Y así las cosas la ciudadanía –acuartelada en su domicilio y harta del panorama que se observa– solo quiere saber cuándo acabarán con el virus y cuando se firmará la paz entre los políticos para que nadie, y menos los más vulnerables, sean los perdedores pues aquí la pandemia no es igual para todos sino que hace más daño según el nivel de renta de cada cual. De ahí que las ayudas puestas en marcha por el ejecutivo que ya están siendo criticadas desde la derecha más cavernaria. 

También tiene que salir reforzado el sistema nacional de salud para, por lo menos, ponerse a la altura de nuestros vecinos europeos. Y es que no llega con los aplausos a los sanitarios sino con su estatus laboral, muy por debajo de otros países que les doblan en salarios. La investigadora Margarita del Val ha dicho en la SER que en 2017, gobierno de Rajoy, la ayuda a la Ciencia e Investigación se redujo en una quinta parte. Anótenlo.

Y esto nos lleva de nuevo a la política: a los pactos y acuerdos. Más del setenta por ciento de los españoles  los exigen. Y ahí tienen que entrar todas las administraciones;  empresarios,  trabajadores y la sociedad civil, pues habrá nuevas reglas en las relaciones laborales, comerciales y será más notable el peso del Estado frente a los mercados. Así saldremos de esta.

¿Cómo salimos de esta?

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