MI ANHELADA PRESIDENTA

Es increíble que en las listas para las elecciones del 20D, no haya ninguna mujer encabezando la posibilidad de llegar a presidenta de gobierno en España. De los cinco partidos a nivel nacional: PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida-Unidad Popular-Mareas, ninguna. En  Galicia la candidatura de NÓS por Ourense, Pontevedra y Lugo está encabezada por mujeres, las “mareas” también encabezan con mujer al menos en Pontevedra. Viendo lo que han hecho los varones en este país, no es necesario exigirles mucho a las mujeres para igualarlos o superarlos. Recuerden la capacidad de comunicación y prudencia de Carmen Chacón en su alto puesto de ministra de defensa, la misma Vicepresidenta Soraya Sáenz, explicando lo que “no puede decir”, la humanista y sincera Manuela Carmena, la vehemente Ada Colao, la fiel activista Inés Sabanés o a la voluntariosa y atrevida valenciana Mónica Oltra. A éstas las conocemos por las televisiones, pero segurísimo que hay otras muchas. No entiendo por qué las han suplido por varones altos, guapos, menos formados, con sonrisas de cromo pegadas a la boca, que sólo nos dicen eso: nada.
Cuando nosotros estábamos en la dictadura franquista, Sirimavo Bandaranaike de Sri Lanka alcanzaba la presidencia en 1960, fue la primera mujer en el mundo en llegar a la cima, el camino se lo marcó la actividad y el asesinato de su marido, estuvo hasta 1965, y dos veces más, la última de 1994 a 2000. 
Sirimavo se preocupó por educar a su hija para la política y promovió la formación de la mujer para todos los sectores de la sociedad. Entregó su vida a la causa, murió el año 2000 horas después de introducir su voto, que sería el último, en la urna.
Vamos a reflexionar sobre América Latina, de la que presumimos de aportarle saber, ciencia y cultura. María Estela Martínez “Isabelita” de Perón en 1974 fue la primera de Argentina y de América, antes lo había intentado de forma subrepticia Eva Perón. Le sigue Lidia Gueiler de Guevara en Bolivia; Ertha Pascal-Trouillot de Haití; Mireya Moscoso presidenta de Panamá, Michelle Bachelet en Chile, y Dilma Rousseff en el extenso y poderoso Brasil.  
¿Qué pasó y pasa en la península Ibérica?, los dos estados que la ocupan, Portugal y España, no han disfrutado de una presidenta, los dos estados se confiesan muy religiosos católicos, y los dos soportaron una extensa dictadura, civil en Portugal y militar en España. Es incuestionable que la iglesia católica dispuso que las mujeres son para educar a los hijos en su ideología, atender al marido y obedecer a propios y extraños; en su seno, nunca una mujer podrá alcanzar el Papado, ni ser, sencillamente, sacerdotisa. 
En cuanto a la dictadura, mejor no hablar, la sumisión de las mujeres al varón, era de vasallaje, oír, ver y callar, en algunas ocasiones sumamente humillante. A la muerte del dictador, pocas mujeres tenían conciencia reivindicativa, y, curiosamente, una parte de las luchadoras por la igualdad de sexos, se habían formado en la Iglesia que apoyó el Concilio Vaticano II; otras en la clandestinidad de las comisiones obreras afines al Partido Comunista, o en algunas ramas de los partidos nacionalistas.
Pero, ¿qué pasó una vez desaparecida la dictadura?, sospecho que no hubo gran interés por repartir la tarta e introducir a las mujeres luchadoras, las dejaron para que siguieran llevando comida a los presos, imprimiendo y repartiendo folletos propagandísticos, o bordando banderas. No hay más que ver a los que están detrás de los atriles en las tertulias: todos varones. La verdad, comenzamos a sentir rechazo, es como el presbiterio de un acto católico, con faldas o pantalones: todos son varones. El PC nunca consiguió presidir el gobierno, pero Alianza Popular, PP y PSOE sí lo hicieron, pero no han sabido, porque no han querido, formar y apoyar a las mujeres para que estuviesen legislando codo con codo, son muy culpables de frenar el ascenso de las señoras, no encuentro argumentos para disculparlos. Muy al contrario, creo que si las mujeres entran en el sector alto de la política, los hombres no sabrán qué hacer, no sabrán reconvertir su profesión.
Hay actualmente diecinueve presidentas de gobierno en todo el mundo, aproximadamente un 10 por ciento del total de estados. En Europa presiden: Islandia, Croacia, Noruega, Dinamarca, Alemania, Malta,  Kosovo, Letonia, Polonia y Lituania. En América: Jamaica (Portia Simpson creció en un gueto de la capital Kingston), Trinidad y Tobago,  Brasil, Chile y Argentina (hasta estas últimas votaciones). En África: Ellen Johnson Sirleaf de Liberia, premio Nobel de la Paz  elegida con 66 años; Catherine Samba-Panza, República Centroafricana. En Asia: Bangladesh y, desde 2013 Corea del Sur. Muchas de ellas fueron reelegidas. 
La mujer en España tiene una gran preocupación por formarse, en los años setenta en las universidades la mayoría eran chicos, a finales de los noventa casi eran mitad y mitad, y desde el 2000 la mayoría de las matrículas pertenecen a mujeres; más en unas licenciaturas o grados que en otras, pero tendiendo a igualarse. 
Están bastante preparadas, pero habían abandonado, hasta estos últimos años, el interés por la política. Para saber cómo lo harán, hay que darles la oportunidad de llegar al puesto. 
 

MI ANHELADA PRESIDENTA

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