Albert Rivera, el político antes conocido como Adolfo Suárez, y su legión naranja se presentaron siempre como un huracán de la honradez y la regeneración. Han ido pasado los años y el viento ha perdido fuerza. Hasta a la racial Begoña Villacís, The spanish Megham Markle, le han descubierto algunos pecadillos empresariales. En Andalucía, donde gobiernan de la mano del PP y con el consentimiento de Vox, también han surgido algunas sospechas. El superconsejero Juan Marín nombró secretaria general de Regeneración, Racionalización y Transparencia –¡vaya nombre, parece de inspiración podemita!– a Nuria Gómez Álvarez, de quien se dice que ocultó contratos comerciales con la Junta mientras se definía como “asesora técnica” de la Administración autonómica. A ver si la naranja va a estar un poco podre.