BURRADAS

Una tía llama parásitos a los parados, y se queda tan pancha. Luego viene el Rosell y propone: “Los padres que tienen un contrato fijo, que cedan derechos, por llamarlos de algún modo, a sus hijos precarizados”. Vale, nene. ¿Acaso esos padres no ayudan ya a sus hijos con sus salarios, para que no dependan de la caridad de ciertas ONGs? Y, ¿quiénes son los cabrones que precarizan a esos hijos con contratos de mierda.
No sé si Rosell es listo de carajo o tonto de los cojones; pero, sea lo que sea, algo falla en su cabeza. El pollo este tendrá el cielo ganado por su “bondad y buenas intenciones”, pero, como dice un dicho: el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Oyendo chorradas como estas, luego algunos se extrañan de que haya gente que diga salvajadas en Twitter. Y es que hay más tensión en la calle de la que el Gobierno pueda pensar. Si no lo ven, pueden preguntarle a Montoro. Él ya sabe.

 

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