Maldición faraónica

Tengo la impresión de que las “faraones” que llegan a la presidencia de la Comunidad de Madrid, resultan afectadas por una maldición faraónica inversa. En lugar de cascar los que invadían la paz de las tumbas reales, quienes incordiaron a las faraonas se las fueron llevando por delante. Ejemplos: Las reinas Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, de la “Antigua Dinastía Popular”, y ahora puede llegarle el turno a Isabel Díaz Ayuso, de la Nueva Dinastía, que se parece un huevo a la Antigua. Todas ellas presuntamente afectadas por la misma peste: La pasta; su manejo, aprovechamiento político y uso –a veces, presuntamente, también personal– afectada de mayor o menor exponente. 

Y es que, como diría Howard Carter “Nefertiti no hay más que una, y a ti te encontré en la calle”. Es decir: la falta de clase y formalidad de algunas faraonas es más que patente, y motivo de que terminaran embalsamadas en un triple sarcófago, usando, en lugar de sal de natrón para desecarlas, crema facial para hidratarlas. 

El resultado es que las faraonas cheiran que apestan a podrido. Falta saber como afectará la peste de la pasta a la Ayuso. De momento ya hay convocada una comisión de investigación, y los “egiptólogos” quieren escanear sobre sus vendas y averiguar qué coño hay bajo ellas. Esto de las momias y la egiptología me mola un huevo. No sé si se nota.

Maldición faraónica

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