Cuando se te queda cara de tonto

Es evidente que a los gallegos alguien nos vio cara de tontos, pero que de muy tontos. De otro modo no se puede comprender que la Autopista del Atlántico (AP-9 para los amigos) se haya encarecido al terminar la última campanada de Nochevieja más del doble que el resto de autopistas del Estado. Y es que, además, en un momento en el que se está hablando de recuperar concesiones, los gallegos tenemos que soportar el agravio de convertirnos en los que más pagamos, eso sí con los salarios y las pensiones medias entre los más bajos del país. Cómo si no fuera suficiente que tengamos los combustibles más caros de España (a cuenta del céntimo sanitario, que al final  es más de un céntimo y vaya a saber usted si acaba en la Sanidad o en otro lado), pues ahora también nos obligan a pagar una burrada por circular, en un país en el que no existe una vía alternativa razonable. Lo dicho, o muy tontos, o lo parecemos.