Malene Rydahi, autora de un libro titulado “Feliz como un danés”, nos explica que la idea de la felicidad se ha convertido en una ciencia y, también, en un negocio boyante: desde Gobiernos, pasando por médicos y psicólogos hasta llegar a los economistas se han embarcados en una carrera para localizar, medir, definir, que es y cómo se llega, al estado de bienestar, de felicidad…
Es una información valiosa que los gobiernos usan para diseñar políticas públicas y los empresarios para mejorar la productividad. Aquí, los gobernantes aún no reprobados –deben quedar pocos – no leyeron ni el libro ni están en la carrera. No tenemos que vernos nosotros mismos, en el espejo diario que es la vida cotidiana.
Tal vez por eso el puesto número treinta y cinco en la lista de países felices, es el reflejo de las políticas marianistas y del talante de nuestros felices empresarios. Pero se trata de excepciones pues un estudio de la London School of Economics, asegura que el trbajo es uno de los lugares en los que la gente se siente más desgraciada. Aquí el grupo de los ministros debe entrar en ese grupo –y no por su trabajo– pues ya hemos leído en El Mundo que el ex ministro Soria pone a parir a Montoro al que acusa de, siendo ministro, trabajar apara Abengoa y Ferrovial o que, en la empresa que fundó, y donde hoy curran familiares y ex altos funcionarios. Montoro, al parecer, intentó chantajearle con datos sobre la fortuna de la señora madre de Soria. Y, en esa misma entrevista –que pronto será un libro de memorias – acusa a Sáenz de Santamaria de apoyar a las grandes cadenas de TV para que no se ejecutara una sentencia del Supremo. Es más el Sr. Soria dice que “las eléctricas iban a su despacho con reales decretos ya redactados para su aprobación en Consejo de Ministro con don Mariano como presidente…
Es lo que nos faltaba; con 27 casos de corrupción en los juzgados, más de cien encausados por delitos de malversación y cohecho, nos llega la investigación de Europa sobre los regalos fiscales a la iglesia católica y la noticia de que el Tribunal de Cuentas de la UE duda de la viabilidad del Puerto Exterior después del gasto de seiscientos millones del presupuesto inicial – el 95% de los fondos proceden de fondos provisionados por Bruselas – solo se usa un diez por ciento su estructura. Que tengan un buen día, si pueden.