La desigualdad es real

esde hace unos años, escuchamos impertérritos los porcentajes de personas que viven bajo el umbral de pobreza, el índice de exclusión social, la pobreza energética, la pérdida de peso de las rentas salariales, anuncios catastróficos sobre la cuantía de las futuras pensiones o la ingente cantidad de contratos basura, especialmente de mujeres y jóvenes, que les impide tener un futuro despejado para cubrir las necesidades básicas. Aunque no se quiera ver, la realidad es la que es y los hechos lo verifican.
Así, según la encuesta de condiciones de vida del INE, la tasa de riesgo de pobreza es del 22,3%. 
En los menores de 16 años llega al 28,9% y aumenta un 0,7% en los mayores de 65. Además, el 15,3% de los hogares españoles manifiestan mucha dificultad en llegar a fin de mes.
Por otra parte, en ocho años los salarios perdieron cuatro puntos porcentuales de peso en el PIB, pasando del 51% en 2009 al 47% en el tercer trimestre de este año. 
Ese peso lo ganaron las rentas empresariales y mixtas, toda vez que el de los impuestos netos ha sido estable en estos últimos años, un 10%. Es decir, la crisis no afecta a todos por igual. 
Las  noticias que proceden de la Seguridad Social no son nada halagüeñas. Al retraso de la edad de jubilación hay que añadir que en el año 2018 se tendrán en cuenta los últimos 25 años cotizados para el cálculo de la pensión y el factor de sostenibilidad a partir de 2019. Todo ello, redundará en un menor valor futuro de las mismas. 
Forman parte del sempiterno debate sobre la entredicha viabilidad del actual sistema que, hablando en plata, no es sino el enésimo intento de trasladar cotizaciones hacia fondos de pensiones privados.
Por último, el aumento del consumo de los hogares se está haciendo con incremento de su endeudamiento ya que aquel crece porcentualmente mucho más que la remuneración por asalariado, provoca la reducción del ahorro a niveles increíblemente bajos y terminará por empobrecer a las familias. 
En este contexto, no es de extrañar que para el 72% de los encuestados en el último barómetro del CIS, su principal preocupación continúe a ser el desempleo y no debería ser difícil para los distintos partidos políticos diseñar adecuadas políticas de rentas y fiscal que reduzca el actual nivel de desigualdad social que padece España.
ramonveloso@ramonveloso.com

La desigualdad es real

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