Franco en la ONU

Es una verdad antigua pero poco recordada que la virtud reside en la moderación. “De nada en exceso” rezaba la máxima délfica. Tengo para mí que estuvo fuera de lugar la intervención en lenguaje de campaña electoral desarrollada por Sánchez en Naciones Unidas hablando de Franco a un auditorio que con la salvedad del portugués António Guterres, secretario general de la ONU, es muy probable que el resto no supiera quién había sido el dictador.

Conocida la sentencia del Supremo que da la razón al Gobierno y deja expedita la vía para exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos, parece innecesario seguir dando vueltas a un asunto que tras más de cuarenta años de democracia está más que amortizado. Franco estaba fuera de lugar presidiendo un monumento que recuerda uno de los episodios más crueles de la Historia reciente de España, pero a estas alturas de la vida resucitar el fantasma del antifranquismo está fuera de lugar.

Escuchar a Sánchez diciendo que la exhumación de los restos de Franco “cierra el círculo de la democracia”, suena a impostación. A intento de rebajar al nivel de titular de telediario un asunto que los historiadores han dejado sentenciado hace años. Sánchez vive de la imagen y por eso ha querido convertir Nueva York en una prolongación de los platós de televisión a los que acude cuando siente la urgencia de renovar sus actuaciones. En algunas de las cosas que dice se diría que alienta un ánimo de revocación del legado de quienes forjaron los pactos de la Transición apostando por la reconciliación entre los bandos enfrentados en la guerra civil. Pese a que a nadie se le oculta que en este asunto Sánchez sobreactúa tratando de arrebatarle una bandera a Iglesias, seguir a vueltas con Franco no le dará más votos al PSOE.

En un momento en el que hay señales de que se nos viene encima una nueva crisis económica y en el que en vísperas de conocer la sentencia a los políticos juzgados por su presunta implicación en el “procés” golpista la situación política en Cataluña se va tensando a ojos vista, lo que el personal va a decidir el 10 de noviembre es a quien le confía la gobernación de España. Franco ya es olvido. Al segundo entierro del dictador irá poca gente.

Franco en la ONU

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