El recibo de la luz

Algún día alguien se tomará la molestia de explicar a los ciudadanos de a pie los extraños mecanismos que utilizan las empresas eléctricas (con la inestimable ayuda, por supuesto, del Gobierno de turno) para que mes tras mes suba el recibo de la luz. Lo curioso es que durante el pasado invierno, seco hasta el punto de que no se recordaba tal, la excusa utilizada por estas empresas fue que la falta de agua hacía que los embalses no pudieran producir energía y, por lo tanto, su precio se encarecía. Ahora estamos en un verano húmedo. Los pantanos de este país están en cotas que tampoco recuerdan ni los más viejos y, sin embargo, durante el mes de agosto, el recibo de la luz se ha encarecido ni más ni menos que un once por ciento. A lo mejor es que no hizo viento, o que las centrales nucleares no produjeron energía suficiente, aunque tampoco hay que descartar que a alguien se le haya ocurrido que era una buena idea cobrar más a los ciudadanos, que, al final, para eso estamos. 

El recibo de la luz

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