ADA Colau, el último capricho de la burguesía catalana, es un ser poliédrico con tantas caras que es imposible descubrirlas todas: activista antidesahucios, alcaldesa, mecenas de okupas, separatista, paracaidista electoral, emisora de moneda, promotora del Ejército de la República de Cataluña... y ahora también sufridora de las críticas injustas. Las fuerzas del mal la acusan de que Barcelona cae en picado y no es verdad. La okupación ha subido un 66% desde que ella gobierna. Eficiente mecenazgo el suyo, no cabe la menor duda.