es posible que sea uno de los efectos de eso que llaman España vaciada, pero en los últimos diez años han muerto casi doscientos peatones en las carreteras gallegas. La mayoría de los casos se producen en vías secundarias. La despoblación hace que sean muchas las personas que tienen que caminar largos trechos para cubrir sus necesidades. Desde ir a la compra hasta tomar un café en el bar y, en el caso de Galicia, todos sabemos como están nuestras carreteras. Muchas de ellas carecen de arcén y la gran mayoría ni tan siquiera cuentan con pintura que las delimite. Si a esto se le suma la manía de vestir con ropa de colores oscuros, sea día o noche, ya tenemos los ingredientes de un cóctel que, por desgracia, suele resultar mortal.