si durante el año pasado en España solo se hubiesen puesto al volante las mujeres se habrían registrado diez muertes por conducción bajo los efectos del alcohol o las drogas. Se contabilizaron 254 y en el 96 por ciento de los casos eran hombres los que creían que “controlaban” mientras conducían. Casi seguro que también eran de los que decían “mujer tenía que ser” cuando veían un conductor que se tomaba su tiempo para aparcar. En la estadística de los fallecidos por imprudentes dada a conocer por la DGT están además los 49 peatones que se pensaban que iban frescos como lechugas con sus copas y sus estupefacientes en el cuerpo. En esta cuenta siguen ganando los varones, con un 81 por ciento, y destacan los que tenían entre 45 y 54 años como los más descerebrados, la misma franja de edad que en caso de los conductores. Resulta que al final el “peligro constante” al volante era otro.