SOBRECOSTES

Se habla mucho de los sobrecostes –palabra todavía no recogida en el diccionario de la RAE y que procede del inglés– en las obras públicas por lo que supone de gasto imprevisto (o previsto con disimulo). En las licitaciones al precio más bajo, las ofertas que reducen mucho el presupuesto son temerarias, aunque no se considere como tales. Para compensar esta reducción por cauces normales se baja la calidad, lo cual es grave. O se recurre a los sobrecostes. Una obra incompleta necesita luego un complemento no previsto y es el famoso sobrecoste que compensa la reducción ofertada. De sobrecostes por aquí sabemos bastante y que, lo mismo que con los plazos, es muy rara la obra que no los tiene. La campeona es la Plaza de España, que acumula sobrecoste tras sobrecoste y los que vendrán todavía para paliar, por ejemplo, los problemas derivados del agua y de las filtraciones, especialmente en el acceso al aparcamiento. ¿Podremos algún día hacer una obra bien y a su precio? Confiemos.

 

SOBRECOSTES

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