Cuenta la prensa que “los debates de las primarias y el futuro de Cospedal están vivos en el congreso del PP”.
Y es que el congreso se divierte pues ha sufrido bastante con la enfermedad de Barberá, a la que echaron del partido; los nueve empresarios que engrasaron la caja del PP; el asunto de Ana Mato, que tendrá que repetir en sede judicial eso de “no sé nada, no me consta, no voy por el garaje”; el problema de Murcia y la madre de todos los casos: el caso Rato.
El que fue jefe del fondo monetario internacional (ya sé. Otros lo ponen con mayúscula, pero mayúsculo chollo ese y que personal tenía) con rango –palabra de honor– de jefe de Estado, estafó a la ciudadanía en particular y al mundo en general fraude a la l cuando ya estaba en el ministerio pidiéndonos que pagáramos impuestos que Hacienda somos todo.
Los más de mil folios que componen la carga de la prueba citan todos los delitos desde falsedad documental hasta insolvencia punible, en doce años de hacer trampa al fisco.
Además, durante su etapa en el gobierno otorgó subvenciones a sus empresas pantalla y, dirigiendo Bankia, cobró casi otro millón en comisiones a través de una empresa de publicidad de la que era dueño. Cárcel y multa para el que fue abanderado del PP, nombrado por Aznar y bendecido por Rajoy
Además está el asunto de Matas y la financiación del partido; más chanchullos en Valencia cuando el candidato Rajoy se daba un baño de masas ante los Camps, Fabra, Rius, etc.
Otra corruptela que le estalla al PP tiene por protagonista al ex embajador de India y su troupe que se forraban aquí y allá desde un puesto de representación.
Estos asuntos que afectan a la credibilidad del sistema y la nula credibilidad del PP, también (busquen en la prensa extranjera) son un duro golpe para la marca España esa de la que tan ufanos están los inventores que, a la vez, la usaban para su lucro personal.
Eso, por lucrarse de tanta golfería están imputados los populares que discuten con todo calor si su mascota es la gaviota –animal carroñero, es habitual verla en los vertederos– o un charrán “ave marina de cuerpo grácil, parte superior de la cabeza de color negro, pico largo afilado y cola profundamente abarquillada”. ¡Vaya pájaros!…