A buen entendedor pocas palabras bastan. No vale tirar la piedra y esconder la mano, ni lobos vestidos con piel de cordero, ni quien bien te quiere te hará llorar. No las hagas, y no las temas; porque arrieros somos y en el camino nos encontraremos, y quien siembre vientos recogerá tempestades. Nada de que a buen hambre no hay pan duro, ni tírame pan y llámame perro, cuanto más te agaches, más se te verá el culo.
Ten presente el presente: aunque en el país de los ciegos el tuerto es rey, no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiera oír. Pero a palabras necias oídos sordos y, por un oído me entra y por otro me sale. Recuerda: Nunca se dijo nada bueno de los cobardes. Vale más morir de pie, que vivir de rodillas. Hoy por ti y mañana por mí. A Dios rogando y con el mazo dando. Quien a hierro mata a hierro debe morir. Quien mal anda mal acaba. Donde las dan, las toman.