por lo visto, Boris Jonhson y Emmanuel Macron son amiguísimos. De esos que se cubren las espaldas y confían el uno en el otro hasta las últimas consecuencias. Resulta que ambos tienen previsto imponer una cuarentena de catorce días obligatoria para todos los viajeros que lleguen del extranjero... a no ser que procedan del país del otro. Bienvenue amis français! Welcome english friends! Alfombra roja y puertas abiertas de par en par para ellos. Dicen que esta cooperación es necesaria para gestionar su frontera común, cosa que está muy bien, pero no parece tener mucho que ver con el control de la pandemia. Y vistos los números de positivos y fallecidos igual tendrían que cooperar menos y vigilar más.