El próximo día diecinueve, el Presidente del Senado, Pío García-Escudero, acudirá a declarar como testigo sobre el caso Gürtel. Irá, como antes fueron otros gerifaltes y ex-gerifaltes del Partido Popular, también testigos como él a, previsiblemente, no decir ni pío. O a decir no sé, no me acuerdo, no tengo constancia, no sabría decirle, nunca me dijeron, jamás vi, eso era cosa de otro: del tesorero, del extesorero, o del supraextesorero; que es como no decir ni pío.
Y es que el Síndrome de la Infanta (Amnesia Esfarrapada, provocada por bacterias como las que infectan vieiras no depuradas), causa estragos entre el personal cualificado de mayor exponente, pasado y presente, del Partido Popular.
No sería extraño que, tras la declaración del pollo, algún noticiario diera la noticia así: Al juzgado, fue el Pollito Pío. El Pollito Pío, el Pollito Pío, el Pollito Pío, no dijo ni pío, no dijo ni pío, no dijo ni pío. Y vuelta al estribillo.