es una maravilla esto de ser presidente de los Estados Unidos. Uno puede permitirse el lujo de, un día, recomendar beber lejía para acabar con el coronavirus y, al siguiente, hacer que el Ejército publique unos vídeos de supuestos ovnis, de manera que la atención se desvía hacia los extraterrestres y nos olvidamos de la pandemia durante un rato. Vídeos que, además, eran de sobra conocidos, ya que llevaban años circulando por internet. Pero es lo que tiene tener recursos. Mientras tanto, en España, el pobre Pedro Sáchez ni tan siquiera pudo echar mano de las imágenes de los restos del Soyuz desintegrándose sobre Galicia para aludir a una posible presencia extraterrestre e intentar despistar con ello la atención de la pésima gestión que está realizando de la pandemia.