Desde luego, la familia Piqué-Shakira no gana para disgustos. El primero es gran amigo de meterse en charcos. Como si no hubiera superado esa fase infantil, cada vez que tiene oportunidad, aprovecha para meter el dedo en el ojo a alguien, aunque en ocasiones salga trasquilado. Además, es víctima de acoso por parte de la DGT, que lo sorprendió conduciendo su lujoso coche pese a tener el carné retirado. Su respuesta fue aparecer en público al día siguiente montado en una galáctica bicicleta eléctrica para la que, por cierto, también hacía falta el carné. Y, por si esto fuera poco, ahora va la Fiscalía y la toma con la cantante de la voz imposible, a la que le anuncia una querella. La artista colombiana parece que defraudó cerca de quince millones de euros, que tal vez para los Piqué no sea demasiado pero para el resto de los mortales es el pastizal con el que todos soñamos cuando nos imaginamos como flamantes ganadores de la Primitiva.