Analistas privados y organismos públicos -Banco de España, Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal y Comisión Europea- sostienen que los Presupuestos están faltos de realismo. Sin entrar en detalles, no llevarán a España a la ruina, como dice la oposición, pero tampoco garantizan la recuperación económica, como afirma el presidente.
Lo cierto es que el Gobierno ignoró el diagnóstico de analistas y organismos y los Presupuestos fueron aprobados con el voto afirmativo de todos los partidos de la investidura. Todos menos uno, faltó el voto afirmativo del BNG. Su único diputado en el Congreso fue presionado hasta la tortura dialéctica por representantes del PSOE y de Podemos –de Madrid y de Galicia– que en las redes aún siguen acusando a su formación de irresponsable, de alinearse con el PP y Vox, y profetizan su caída en la irrelevancia por no aprobar estos presupuestos “buenos para Galicia”, según ellos.
Pero el diputado Néstor Rego, que no es un facha por no apoyar al Gobierno, mantuvo la dignidad política y votó en contra de unas cuentas públicas que “maltratan a Galicia, bajan un 11% los recursos destinados a la Comunidad… Son los peores en los últimos 17 años”. Fue el único parlamentario que en el debate habló de inversiones para Galicia con una argumentación impecable mientras otros grupos se entretenían en negociaciones políticas, pero sus propuestas fueron ninguneadas.
“No les da vergüenza votar en contra de los intereses do nuestro país”, preguntó a todos los parlamentarios gallegos. Interpeló especialmente a los diputados de los dos partidos de la coalición de Gobierno: “¿Qué dirá, señor Gómez-Reino, a sus votantes de A Coruña después de oponerse a una partida para la conexión ferroviaria con el Puerto Exterior? ¿Qué explicación dará Yolanda Díaz por estar en contra de regenerar la ría de Ferrol –sólo un millón de euros– o modernizar Navantia para crear más empleo en el naval? ¿Qué dirá, Sr. Meijón, sobre la salida ferroviaria de Vigo?”.
Preguntas pertinentes que deben contestar en Galicia Gonzalo Caballero, que sigue calificando la negativa del BNG como “erro histórico, y Gómez Reino, desaparecido de Galicia. Néstor Rego anticipó una respuesta: “Los diputados gallegos, dijo, prefieran bajar las orejas y ser sumisos a lo que decide la dirección de sus partidos en Madrid aunque eso perjudique a Galicia”. Es una buena definición de “diputados cuneros”.
Sinceridad obliga y, al margen de simpatías políticas, el “no” del BNG a estos Presupuestos es una muestra de coherencia que en política equivale a defender los intereses de Galicia, el distrito que representa dignamente esta formación con el diputado que le dieron las urnas.