El túnel de la Marina: un problema irresoluto

La inacabada obra del túnel de la Marina-Parrote, trae consecuencias, como los atascos ocasionales y taponamientos fortuitos, al no poder pasar ni buses, ni camiones. Pero lo más grave es que no existe señalización alguna de advertencia y ayuda a los conductores en ninguna de las cabeceras, lo que da lugar a equívocos a los ajenos en el conocimiento de la ciudad en muchos casos. Sobre todo en Linares Rivas, la señal se halla en el margen izquierdo, cuando debería estar en el derecho, para evitar confusiones al encontrarse con un problema premeditado en la confección del proyecto de esta costosa obra, ya que no se dejó un carril de emergencia o servicio a la derecha, para evitar estos incidentes y evitar que se ponga en peligro la seguridad al circular por el interior del túnel.
Lo más apropiado, cuando se hizo el nuevo diseño del referido túnel, sería que se ampliase la altura del mismo a un mayor nivel de seguridad en la circulación. Debido al proyecto de retirar todo el tráfico en superficie sin excepción alguna, todo el mundo sabía, incluso los más profanos en el tema, los posibles problemas que podían acontecer en su interior, si todo seguía igual, como así fue. Y tampoco se incluyó una señalización adecuada en la avenida de Linares Rivas-plaza de Orense, ni en las Atochas, donde el túnel es más bajo, a fin de que los conductores no girasen en dichos puntos a la derecha, tomando la carretera del Puerto o la entrada en la plaza de la Atocha. De momento hay que señalar cuatro incidentes y dos fallidos. Son suficientes para corregir el error en la creencia de que el paso hacia el túnel es posible, por ser una obligatoriedad el uso de dichas vías para su acceso, al no poder circular en superficie en la zona de la Marina-Parrote. Que, por otro lado, presenta un aspecto deprimente a ojos de los naturales y también foráneos.
Como consecuencia de esta inacabada obra, la notable falta de señalización precisa y la inexistencia de un carril de servicio para evitar entrar en el mencionado túnel por la carretera del Puerto, provoca estos incidentes. Pero no están exentos los que vengan de la parte alta de la península, porque tampoco existe señalización alguna, solo él gálibo, pero no es suficiente. Hacen falta más medios visuales de información al conductor para que este elija el camino y evite daños y perjuicios a los demás conductores y situarlos en el carril adecuado, el de la derecha.
La falta de un carril de servicio y la deficiente señalización están detrás de estos incidentes, que, una vez pasado el primer momento, cuando el conductor quiere reaccionar, ya es demasiado tarde y se queda atrapado por falta de servicio tanto de información como de elección para salir sin molestar a nadie y seguir su ruta sin causar el mínimo problema, cosa que ahora no acontece, sino lo contrario.
Estas son las consecuencias de las prisas; si algo ha de salir mal, saldrá, más por falta de previsión que por otra cosa.

El túnel de la Marina: un problema irresoluto

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