UNA COMARCA A LA QUE NO SE LA ESCUCHA

La falta de las respuestas necesarias por parte del Gobierno central, a la espera de que se concreten algo más que simples anuncios, continúa definiendo el presente y el futuro de la comarca ferrolana, que nuevamente ayer salió en defensa de lo que es su principal fuente de actividad: El sector naval. La significativa caída de participación en la movilización debe ser, en cualquier caso, objeto de reflexión por parte de las centrales sindicales y, en concreto, de los comités de empresa de las factorías públicas. Es evidente que cinco manifestaciones de ámbito comarcal en los dos últimos años, además de ya innumerables  protestas de los trabajadores de Navantia, acaban por pasar una factura que la sociedad que no se puede permitir. Máxime cuando, por primera vez, incluso los representantes políticos el Gobierno del país, de la Autonomía y de la Provincia pertenecen a un único partido. En repetidas ocasiones se ha dicho desde estas mismas páginas que nos enfrentamos a la peor crisis económica por la que ha atravesado la zona en toda su historia. Se palpa en los miles de empleos perdidos, en especial en el ámbito de las compañías auxiliares, pero también en el comercio, la hostelería, los servicios... La sensación es que continuamos sin encontrar oídos receptivos capaces de afrontar hechos y obviar promesas como un argumento que, hasta ahora, lo único que alimenta es la especulación. Lo cierto es la comarca continúa sin ser escuchada.

UNA COMARCA A LA QUE NO SE LA ESCUCHA

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